
Una familia con un funcionamiento adecuado, o familia funcional, puede promover el desarrollo integral de sus miembros y lograr el mantenimiento de estados de salud favorables en éstas. Así como también que una familia disfuncional o con un funcionamiento inadecuado, debe ser considerada como factor de riesgo, al propiciar la aparición de síntomas y enfermedades en sus miembros.
Según la OMS el concepto de salud se concibe no sólo como ausencia de síntomas sino también el disfrute de un bienestar psicológico y social.
Para poder hablar de estado de salud adecuado es necesario tener en cuenta el modo de vida del individuo y por tanto, sus condiciones y su estilo de vida. Por lo general, el hombre pertenece, vive y se desarrolla dentro del grupo social primario denominado "familia" y de ahí que consideramos muy importante también para su salud, su modo de vida familiar.
La familia como grupo social debe cumplir tres funciones básicas que son: la función económica, la biológica y la educativa, cultural y espiritual; y es precisamente éste uno de los indicadores que se utilizan para valorar el funcionamiento familiar, es decir que la familia sea capaz de satisfacer las necesidades básicas materiales y espirituales de sus miembros actuando como sistema de apoyo.
Sin embargo para hacer un análisis del funcionamiento familiar sería necesario verlo con una perspectiva sistémica, pues la familia es un grupo compuesto por subsistemas que serían sus miembros y a la vez integrada a un sistema mayor que es la sociedad.
El nexo entre los miembros de una familia es tan estrecho que la modificación de uno de sus integrantes provoca modificaciones en los otros y en consecuencia en toda la familia. Por ejemplo: la enfermedad de uno de sus miembros altera la vida del resto de los familiares quienes tienen que modificar su estilo de vida para cuidar al familiar enfermo.
Concebir a la familia como sistema implica que ella constituye una unidad, una integridad, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características de sus miembros. La familia no se puede ver como una suma de individualidades, sino como un conjunto de interacciones. Esta concepción de la familia como sistema aporta mucho en relación con la causalidad de los problemas familiares, los cuales tradicionalmente se han visto de una manera lineal (causa-efecto) en un enfoque erróneo, pues en una familia no hay un "culpable", sino que los problemas y síntomas son debidos precisamente a deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema. El funcionamiento familiar debe verse circular, lo que es causa puede pasar a ser efecto o consecuencia y viceversa. El enfoque sistémico nos permite sustituir el análisis causa-efecto por el análisis de las pautas y reglas de interacción familiar recíproca, que es lo que nos va a permitir llegar al centro de los conflictos familiares y por tanto a las causas de la disfunción familiar.
Cuando aparece un síntoma (como podría ser la enuresis en un niño o la descompensación de una enfermedad crónica) puede ser tomado como un indicador de una disfunción familiar y hay que ver al paciente no como el problemático sino como el portador de las problemáticas familiares.
A la hora de hablar de funcionamiento familiar encontramos que no existe un criterio único de los indicadores que lo miden. Algunos autores plantean que la familia se hace disfuncional cuando no se tiene la capacidad de asumir cambios, cuando la rigidez de sus reglas le impide ajustarse a su propio ciclo y al desarrollo de sus miembros. Otros autores señalan como características disfuncionales la incompetencia intrafamiliar y el incumplimiento de sus funciones básicas.
De manera general éstos son indicadores para medir el funcionamiento familiar:
Cumplimiento eficaz de sus funciones: (económica, biológica y cultural-espiritual).
Que el sistema familiar permita el desarrollo de la identidad personal y la autonomía de sus miembros: En muchos casos familiares, para mostrar lealtad hay que renunciar a la individualidad.Cuando la familia exige una fusión o dependencia excesiva entre sus miembros limita la superación y realización personal e individual de éstos, pero por el contrario cuando la relación familiar es muy abierta y defiende mucho la individualidad tienden a anularse los sentimientos de pertenencia familiar. Para que la familia sea funcional hay que mantener los "límites claros" de manera tal que no se limite la independencia, ni haya una excesiva individualidad para poder promover así el desarrollo de todos los miembros y no se generen sentimientos de insatisfacción o infelicidad.
Que en el sistema familiar exista flexibilidad de las reglas y roles para la solución de los conflictos: Hay que analizar los vínculos familiares que intervienen en la relación asignación-asunción de roles, aquellas pautas de interacción que tienen que ver con lo que se debe y no se debe hacer y con las funciones, deberes y derechos de cada miembro del grupo familiar.Se considera una familia funcional cuando las tareas o roles asignados a cada miembro están claros y son aceptados por éstos. Es importante también para que la familia sea funcional que no haya sobrecarga de rol que puede ser debido a sobreexigencias, como podría ser en casos de madres adolescentes o de hogares monoparentales y también se deben a sobrecargas genéricas o por estereotipos que implican rigidez en cuanto a las funciones masculinas y femeninas en el hogar.Otra condición necesaria para que funcione adecuadamente la familia es que los miembros se complementen recíprocamente en el cumplimiento de las funciones asignadas y éstas no se vean de manera rígida.La familia se hace disfuncional cuando no se respeta la distancia generacional, cuando se invierte la jerarquía, (por ejemplo: la madre que pide autorización al hijo para volverse a casar) y cuando la jerarquía se confunde con el autoritarismo.
Que en el sistema familiar se dé una comunicación clara, coherente y afectiva que permita compartir los problemas: evitar la comunicación distorsionada o disfuncional, como los dobles mensajes o mensajes incongruentes.
Que el sistema familiar sea capaz de adaptarse a los cambios: La familia funciona adecuadamente cuando no hay rigidez y puede adaptarse fácilmente a los cambios. Para lograr la adaptación al cambio la familia tiene que tener la posibilidad de modificar sus límites, sus sistemas jerárquicos, sus roles y reglas, modificando todos sus vínculos familiares pues no son independientes unos de otros. Una familia está sometida a constantes cambios en los que tienen que enfrentar constantemente dos tipos de tareas: las de desarrollo (relacionadas con las etapas que necesariamente tiene que atravesar la familia para desarrollarse denominada "ciclo vital") y las tareas de enfrentamiento (las que se derivan del enfrentamiento a las llamadas crisis familiares no transitorias).Ambos tipos de tareas requieren en gran medida de la capacidad de adaptación, ajuste y equilibrio de la familia para lograr que ésta sea capaz de desarrollarse y enfrentar los momentos críticos de una manera adecuada y mantener el equilibrio psicológico de sus miembros.
Si la familia establece estrategias disfuncionales ante las situaciones de cambio, como la rigidez y la resistencia, esto provoca una enquistación de los conflictos y por tanto, comienzan a aparecer síntomas que atentan contra la salud y el desarrollo armónico de sus miembros.Por lo tanto, la principal característica que debe tener una familia funcional es que promueva un desarrollo favorable a la salud para todos sus miembros, para lo cual es imprescindible que tenga jerarquías concretas, límites claros, roles definidos, comunicación abierta y explícita y capacidad de adaptación al cambio.
Patricia María Herrera Santi - Adaptación: Viviana Vitulich
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